Ahora nos encontramos en el otro extremo: el cuello. También se le denomina plataforma protésica, porque es donde se apoyará el diente que va sobre el implante.
Esta parte del implante dental, junto con la conexión protésica, es determinante en el resultado estético final.
Primero: el tipo de superficie de este cuello. El material de esta parte del implante dental sigue siendo de titanio, pero el tratamiento de superficie es distinto dependiendo de la casa. De forma simplificada diremos que no hay unanimidad de cuál es la mejor superficie, para unos lo mejor es dejar una banda de titanio pulido y para otros es mejor que tenga también un tratamiento de superficie.
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El mismo implante dental con dos tipos distintos de cuellos.
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Más importante que la superficie es la forma y dimensiones. Hay que tener en cuenta que el perfil de emergencia del diente lo determinará en gran medida esta plataforma protésica. Así, por ejemplo, si se trata de colocar un molar (diente que es muy ancho) es preferible que la conexión con el implante sea lo más ancha posible, para de esta forma asemejar el resultado a la situación original.
Una plataforma ancha también permite hacer la técnica de “plaform swichting”, pero, permítanos por el momento, no entrar en un tema que sería demasiado especializado.
Al igual que con las longitudes, diámetros, formas y ápices, las plataformas son muy variadas. Habitualmente coincide con el diámetro del implante, pero no siempre. Por ejemplo, en nuestra clínica dental en Madrid en determinados casos usamos implantes de 4.0 mm pero con una plataforma protésica de 5.0 mm. Estos implantes los empleamos cuando substituimos un molar (que mejora si el perfil de emergencia es ancho) pero el hueso es estrecho y no admite un implante de 5.0 mm. En estas situaciones tenemos las ventajas de un implante de 4.0 mm y una plataforma de 5.0 mm.
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El mismo tipo de implante pero con diferente plataforma, uno de 4mm (izquierda) y otro de 5mm (derecha).
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